miércoles, 12 de junio de 2019




La liebre y el cerdito

Ganador Concurso de Cuento 
Curso 302 , jornada mañana

Había  una vez un cerdito que no tenía  amigos.

El cerdito era muy triste, ya que estaba solo sin nadie con quien jugar. Un día a la media noche pensó que ya no quería estar solo.

 El día siguiente, se fue a buscar un amigo, pero nadie quería ser su amigo hasta que una liebre salió de la nada y le dijo al cerdito que ella tampoco tenía amigos y el cerdito le dijo: “en serio?,  pues quieres ser mi amigo?” y la liebre le dijo: “ está bien!”. El cerdito muy feliz le dio un abrazo.

Al otro día estaban aburridos porque no tenían nada que hacer y se les ocurrió un juego, pero era con más personas, entonces se desanimaron y al cerdito se le ocurrió que se podían ir a buscar nuevos amigos, la liebre se animó y salieron. Como estaba haciendo mucho calor se fueron a la  plaza a comerse unos conos y buscaron allí personas a ver  si querían ser amigos de ellos. 

En un sillón encontraron a dos personas y les preguntaron a cada uno “quieres ser mi amigo?” , ellos respondieron que si, entonces se alegraron mucho y cuando llegaron a la casa jugaron y se divirtieron mucho. Se hicieron los mejores amigos para siempre .

Moraleja.

Si no tienes un  amigo, tranquilo, búscalo, no interesa. Búscalo porque siempre vas a tener la oportunidad.

Autor: Ángel Samuel Cordero.
Personajes: el cerdito y la liebre.
Donde pasó: en un bosque.
De qué se trata  la historia: de un cerdito que no tenía  amigos  y al final consiguió uno .

jueves, 6 de junio de 2019

Lecturas para la familia.



LECTURAS PARA LA FAMILIA

La tarea de ser padres no es fácil, sin embargo es la tarea mas bella que se le puede dar a una familia. Por eso queremos ofrecerles a través de estas lecturas la oportunidad de reflexionar sobre lo que se ha hecho bien y lo que falta por reforzar, todo es un proceso y en el camino todos estamos aprendiendo, lo importante es que lo hagamos con el corazón y con mucho amor en beneficio de quienes son lo más importantes para el colegio y las familias, nuestros estudiantes, sus hijos. 

Lectura tomada de: https://www.etapainfantil.com/por-dificil-sea-nino-nunca-dejes-hablarle-amor?fbclid=IwAR1lwP_kVCcDvv7rVQ3udYzgZI7CanbTABCATFMtbPF94CMYCYVN5ARw2xM


POR DIFÍCIL QUE SEA UN NIÑO, NUNCA DEJES DE HABLARLE CON AMOR

palabras negativas niños

No somos plenamente conscientes del impacto de las palabras, pero lo cierto es que estas moldean nuestro mundo desde una edad muy temprana. De hecho, los consejos y regaños de los padres y maestros que escuchamos en la infancia a menudo se convierten en una voz interior que nos acompañan durante toda la vida adulta.

El enorme impacto de las palabras negativas

Investigadores del Brookhaven National Laboratory analizaron cómo impacta en las personas el uso sistemático de palabras negativas. Los resultados, publicados en la revista Emotion, desvelan que escuchar la palabra “no” durante tan solo un segundo estimula la producción de cortisol, la hormona del estrés, que en niveles elevados en los niños puede llegar a afectar el funcionamiento cerebral.
También apreciaron que cuando las personas realizaban una lista de palabras negativas, en muy poco tiempo su estado de ánimo empeoraba y comenzaban a aparecer pensamientos automáticos negativos. Por si fuera poco, el efecto de las palabras negativas se amplifica aún más cuando las escuchamos y somos nosotros los receptores directos.
En realidad, estos resultados no deben asombrarnos ya que a ese tipo de palabras les conferimos un significado negativo que activa la amígdala, nuestro centro de mando emocional, con el objetivo de valorar el nivel de riesgo que representa para nosotros ese discurso. Eso significa que si un niño está expuesto continuamente a palabras de valencia negativa que puedan parecer amenazantes, es probable que viva en un estado de estrés continuo.

Las etiquetas negativas pueden acompañar a los niños durante toda su vida

Aún peor es cuando las palabras negativas se convierten en etiquetas. De hecho, muchos padres tienden a reprender los malos comportamientos de sus hijos colocándoles etiquetas negativas como: eres malo, perezoso, malcriado, tonto….
Esas palabras no etiquetan un comportamiento sino la personalidad del niño, por lo que pueden terminar convirtiéndose en una profecía que se autocumple. El estudio clásico realizado por los psicólogos Rosenthal y Jacobson demostró sin lugar a dudas las terribles consecuencias del efecto Pigmalión.
En práctica, si los maestros pensaban que un niño era listo, este tenía más probabilidades de obtener buenas calificaciones, pero si creían que un estudiante era poco dotado, aunque en realidad no fuera así, este terminaba obteniendo malas puntuaciones ya que le daban menos oportunidades para participar en clase y corregir sus errores, por lo que al final el niño terminaba pensando que realmente no era capaz.
El problema es que, en cierto punto, a fuerza de escuchar continuamente los mismos calificativos, el niño termina aceptándolos e incorporándolos a su identidad. De esa manera, si los padres le dicen continuamente que es perezoso, terminará siéndolo ya que pensará que no tiene sentido esforzarse o que no puede hacerlo. Por tanto, las etiquetas negativas siempre son limitantes.
Por otra parte, el uso de etiquetas negativas y adjetivos descalificadores terminarán convirtiéndose en la manera de comunicarse del niño, quien también los usará con sus coetáneos e incluso con los adultos. Aprenderá a comunicarse desde la negatividad, lo cual le creará bastantes problemas en sus relaciones interpersonales.

Educar en un entorno comunicativo positivo

Por muy malo que haya sido el comportamiento y por muy difícil que resulte la etapa del desarrollo por la que está atravesando tu hijo, es importante que te asegures de crear un entorno comunicativo positivo. Eso no significa que debas excusar sus malos comportamientos, pero puedes disciplinar desde el amor y el respeto, sin recurrir a etiquetas negativas o descalificaciones que afecten su autoestima.
Un buen punto de partida consiste en asegurarte de que sepa que, aunque en ocasiones le regañes y tengas que recurrir al castigo, le amas incondicionalmente. El niño debe tener claro que estás castigando sus malos comportamientos, no a él como persona. Desarrollar una comunicación más positiva en el hogar, será beneficioso para todos.
Motivar a los niños con palabras positivas los harán personas con mayor autoestima y personas felices que pueden compartir con otros su alegría, es esencial que todos los días escuchen cuanto los aman, lo orgullosos que están de ellos, de quienes son y lo que pueden lograr, la tarea de cada día en familia es hablar, pensar y actuar bonito.