LECTURAS PARA LA FAMILIA
La tarea de ser padres no es fácil, sin embargo es la tarea mas bella que se le puede dar a una familia. Por eso queremos ofrecerles a través de estas lecturas la oportunidad de reflexionar sobre lo que se ha hecho bien y lo que falta por reforzar, todo es un proceso y en el camino todos estamos aprendiendo, lo importante es que lo hagamos con el corazón y con mucho amor en beneficio de quienes son lo más importantes para el colegio y las familias, nuestros estudiantes, sus hijos.
Lectura tomada de: https://www.etapainfantil.com/por-dificil-sea-nino-nunca-dejes-hablarle-amor?fbclid=IwAR1lwP_kVCcDvv7rVQ3udYzgZI7CanbTABCATFMtbPF94CMYCYVN5ARw2xM
POR DIFÍCIL QUE SEA UN NIÑO, NUNCA DEJES DE HABLARLE CON AMOR
No somos plenamente conscientes del impacto de las palabras, pero lo cierto es que estas moldean nuestro mundo desde una edad muy temprana. De hecho, los consejos y regaños de los padres y maestros que escuchamos en la infancia a menudo se convierten en una voz interior que nos acompañan durante toda la vida adulta.
El enorme impacto de las palabras negativas
Investigadores del Brookhaven National Laboratory analizaron cómo impacta en las personas el uso sistemático de palabras negativas. Los resultados, publicados en la revista Emotion, desvelan que escuchar la palabra “no” durante tan solo un segundo estimula la producción de cortisol, la hormona del estrés, que en niveles elevados en los niños puede llegar a afectar el funcionamiento cerebral.
También apreciaron que cuando las personas realizaban una lista de palabras negativas, en muy poco tiempo su estado de ánimo empeoraba y comenzaban a aparecer pensamientos automáticos negativos. Por si fuera poco, el efecto de las palabras negativas se amplifica aún más cuando las escuchamos y somos nosotros los receptores directos.
En realidad, estos resultados no deben asombrarnos ya que a ese tipo de palabras les conferimos un significado negativo que activa la amígdala, nuestro centro de mando emocional, con el objetivo de valorar el nivel de riesgo que representa para nosotros ese discurso. Eso significa que si un niño está expuesto continuamente a palabras de valencia negativa que puedan parecer amenazantes, es probable que viva en un estado de estrés continuo.
Las etiquetas negativas pueden acompañar a los niños durante toda su vida
Aún peor es cuando las palabras negativas se convierten en etiquetas. De hecho, muchos padres tienden a reprender los malos comportamientos de sus hijos colocándoles etiquetas negativas como: “eres malo, perezoso, malcriado, tonto…”.
Esas palabras no etiquetan un comportamiento sino la personalidad del niño, por lo que pueden terminar convirtiéndose en una profecía que se autocumple.
El estudio clásico realizado por los psicólogos Rosenthal y Jacobson demostró sin lugar a dudas las terribles consecuencias del efecto Pigmalión.
En práctica, si los maestros pensaban que un niño era listo, este tenía más probabilidades de obtener buenas calificaciones, pero si creían que un estudiante era poco dotado, aunque en realidad no fuera así, este terminaba obteniendo malas puntuaciones ya que le daban menos oportunidades para participar en clase y corregir sus errores, por lo que al final el niño terminaba pensando que realmente no era capaz.
El problema es que, en cierto punto, a fuerza de escuchar continuamente los mismos calificativos, el niño termina aceptándolos e incorporándolos a su identidad. De esa manera, si los padres le dicen continuamente que es perezoso, terminará siéndolo ya que pensará que no tiene sentido esforzarse o que no puede hacerlo. Por tanto, las etiquetas negativas siempre son limitantes.
Por otra parte, el uso de etiquetas negativas y adjetivos descalificadores terminarán convirtiéndose en la manera de comunicarse del niño, quien también los usará con sus coetáneos e incluso con los adultos. Aprenderá a comunicarse desde la negatividad, lo cual le creará bastantes problemas en sus relaciones interpersonales.
Educar en un entorno comunicativo positivo
Por muy malo que haya sido el comportamiento y por muy difícil que resulte la etapa del desarrollo por la que está atravesando tu hijo, es importante que te asegures de crear un entorno comunicativo positivo. Eso no significa que debas excusar sus malos comportamientos, pero puedes disciplinar desde el amor y el respeto, sin recurrir a etiquetas negativas o descalificaciones que afecten su autoestima.
Un buen punto de partida consiste en asegurarte de que sepa que, aunque en ocasiones le regañes y tengas que recurrir al castigo, le amas incondicionalmente. El niño debe tener claro que estás castigando sus malos comportamientos, no a él como persona. Desarrollar una comunicación más positiva en el hogar, será beneficioso para todos.
Motivar a los niños con palabras positivas los harán personas con mayor autoestima y personas felices que pueden compartir con otros su alegría, es esencial que todos los días escuchen cuanto los aman, lo orgullosos que están de ellos, de quienes son y lo que pueden lograr, la tarea de cada día en familia es hablar, pensar y actuar bonito.